Todos usamos dispositivos electrónicos, ya sea un smartphone, una tableta o incluso un smartwatch. Pasamos mucho tiempo conectados a ellos y por este motivo, pueden revelar mucha información sobre nosotros: dónde estamos, qué sitios frecuentamos, con quiénes nos relacionamos, nuestros hábitos personales, etc.
Parte de esta información es utilizada por las aplicaciones para llevar a cabo sus funciones. No obstante, una vez que la app tiene permiso para recoger dicha información, también puede compartirla con terceros y obtener datos adicionales.
En definitiva, estos datos son recopilados en “Bibliotecas de terceros”, y a través de éstas, se pueden agrupar y conectar fragmentos de información. Por ejemplo:
- Al acceder a nuestra galería, pueden conocer dónde y con quién nos relacionamos habitualmente.
- Con la actividad del teléfono pueden identificar nuestros hábitos de sueño y cuándo estamos más activos.
- Con el GPS pueden saber exactamente donde estamos, los sitios que frecuentamos y nuestras rutas habituales.
- Accediendo a nuestras llamadas pueden detectar cuanto tiempo pasamos hablando y donde están ubicados aquellos con los que hablamos.
Los datos acerca de los datos
Dentro de los datos utilizados por las aplicaciones y servicios informáticos, podemos distinguir entre la información propiamente dicha y los metadatos, que proporcionan información adicional sobre los primeros. Por ejemplo, longitud del mensaje, autor, localización, fecha, hora, etc.
Existen muchas herramientas informáticas que permiten almacenarlos y analizarlos para identificar patrones de comportamiento, hábitos, relaciones y detalles personales. Esta información es muy valiosa para las empresas, que adaptarán sus servicios a nuestros perfiles para asegurarse de que encajan con nuestros intereses.
Como conclusión, para evitar dar más información de la que queremos y que se use para fines que no deseamos, podemos llevar a cabo buenas prácticas como las siguientes:
- Leer las condiciones y términos de las aplicaciones y servicios antes de utilizarlos.
- Controlar los permisos que facilitamos a las aplicaciones que instalamos.
- Antes de compartir cualquier tipo de información por Internet, comprobar que no contiene ningún dato visible que ponga al descubierto información que no queramos compartir.
- Deshabilitar en los dispositivos el acceso a la ubicación en la cámara.